Por fin tenemos el resultado de la remodelación del Paseo de Independencia.
El zarrio oxidado sobre el Banco Guipuzcoano sigue en pie, pese a haber invertido millones de euros en «arreglar» esta vía, lo que confirma que al Ayuntamiento le encanta ese cacharro encima del edificio.
Testigas de ello son las farolas, cuyo diseño nos encanta, por recordarnos a los electrodos de un arco voltaico.
El estilo «Blade Runner» de estas farolas debería extenderse a otras zonas de la ciudad más nuevas y habitualmente víctimas de un mobiliario urbano ramplón y conformista (Actur, Polígono Universidad, Prolongación de Cesáreo Alierta, etc.)»