Suponemos que Luchi, cuando se estableció por sí misma e inauguró su peluquería, tuvo la genial idea de coronar el cartel de su establecimiento con los retales sobrantes del papel pintado de su piso.
A estas alturas, imaginamos que su piso luce un horrible gotelé mientras en su peluquería todavía mantiene el lujo y el modernismo que suponía el papel pintado.
Bonus:
Pues me encanta el nombre de la peluquería y el papel pintado. Pir lo menos mantiene el sabor de una época y un estilo